El porqué de todo esto

Tras un paseo de varios años por la ciudad de Saint Louis, en Senegal, observo niños muy pequeños que mendigan durante las tardes. Por toda la ciudad, con un “cubito en mano”… Me informé, preguntando a amigos locales, por qué llevan un cubito, donde viven… y entonces, aprendo quiénes son los talibés: niños muy pequeños enviados desde pequeños sitios rurales a pueblos o ciudades mas grances debido a la precaria situación de las familias.

No imagino separarme de un hijo por no poder darle de comer. Y así, ellos crecen en los centros “Daaras” (con condiciones mínimas de supervivencia, con un suelo para dormir y un techo con goteras) sin el calor de una familia, o de alguien que les cuente un cuento o les consuele cuando se hacen una herida. Algunos pasan años o toda la vida sin volver a ver a sus familias.

Sus ropas están desastradas, sucias y llenas de falta de autoestima y de cariño.

Nos “descruzamos de brazos”, y vamos a impartir una actividad de ocio y dar desayunos a los niños de uno de los centros (Daaras) que los acogen. Los Daaras son “Escuelas del Corán” por las que todo niño senegalés pasa, ya que es la base de la educación en ese país.

El problema es que los menores que son enviados desde los lugares más rurales, permanecen allí años sin familia, por la falta de recursos para viajar. Con el único cuidado de un adulto (llamado marabú de la escuela) que se encarga de todos ellos, con lo que, los cuidados a veces, son inexistentes, por la falta de tiempo y medios, y también dependen mucho de la persona que esté al cargo de ellos en cada Daara, y de lo que su moral le lleve a dedicar a los niños. Al final tenemos mucho menores, muy pequeños, solitos desde que tienen unos 5 años hasta la edad adulta.

Estos niños, llamados por la sociedad senegalesa “talibés” suelen pasar unas horas de la mañana aprendiendo el Corán y el resto del día mendigando comida y dinero. Lo poco que comen o que consiguen, depende de la suerte del día. Al final del día, lo juntan todo, y de ahí se alimentan, lo que lleva a que nunca comen fruta, o leche, y sufren desnutriciones y muchos otros problemas de salud. 

Pero como todo niño, si se les da un motivo, saben sonreír, Queremos darles al menos ese referente que a todos nos ha resultado tan decisivo: monitores, cuidadores, personas adultas q al menos un ratito, se ocupen de su bienestar. así que vamos a darle forma a todo esto con ayuda de nuestros colaboradores en Senegal, que generosamente nos han dicho que Sí a ser nuestras manos en allí, para estos niños, y que podrás conocer en la sección “Quienes somos”